Accidente Cerebrovascular.
Un accidente cerebrovascular se
presenta cuando una parte del cerebro es privada de sangre durante demasiado
tiempo. Esa parte del cerebro muere, porque el tejido cerebral no puede vivir
mucho tiempo sin el oxigeno y los nutrientes aportados por la sangre. El daño
que produce en el cerebro es permanente.
Este trastorno puede
presentarse con una velocidad y la gravedad de un rayo, dejando a veces
resultados permanentes muy invalidantes. De hecho, el accidente cerebrovascular
es una de las enfermedades más temidas, sobre todos por las personas mayores.
En las personas
mayores de 55 años, el riesgo de un accidente cerebrovascular se duplica cada
10 años. La mayoría de las personas que mueren a causa de un accidente
cerebrovascular tienen más de 65 años. Aunque un accidente cerebrovascular causa
daño permanente al cerebro, muchas veces se recuperan. La magnitud de la
recuperación es variable y depende mucho de lo grave que fue el accidente
cerebrovascular. Las personas pueden tener una recuperación completa o
quedarse con una invalidez parcial, severa o intermedia. El tratamiento precoz puede llevar a una reducción del daño cerebral
y una mejor recuperación. Por consiguiente es importante saber reconocer los
síntomas iniciales de un accidente cerebrovascular. Solo así se puede
buscar tratamiento lo antes posible.
Hay dos tipos de
accidentes cerebrovascular:
1. Isquémico.
2. Hemorrágico.
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Accidente Cerebrovascular Isquémico. |
En el accidente
cerebrovascular Isquémico, existe un obstáculo que impide a la
sangre alcanzar una parte del cerebro. La causa más común es la obstrucción
de la arteria. Alrededor del 85% de los
accidentes cerebros vasculares son de tipo Isquémico.
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Accidente Cerebrovascular Hemorrágico. |
En el accidente
cerebrovascular Hemorrágico, se rompe un vaso sanguíneo. Por
consecuencia, la sangre se escapa hacia el interior del tejido cerebral o a su
alrededor. Esta sangre irrita el
tejido cerebral y se acumula rápidamente. La acumulación de la sangre causa
tumefacción, con aumento de la presión y lesión del tejido cerebral. La
acumulación de sangre también obstaculiza el aporte sanguíneo al tejido
cerebral. Un accidente cerebrovascular hemorrágico generalmente implica una
hemorragia dentro del cerebro (hemorragia intracerebral) o una hemorragia entre
dos de las capas del tejido que reviste al cerebro (hemorragia subaracnoidea). En
mayores de 60 años, la hemorragia intracerebral es más frecuente que la
subaracnoidea.